Siempre he estado parado en una línea.
Una línea que separaba el conformarme, del esperarte.
No sabes cúantas veces quise abandonar la línea.
Casi me conformo con lo que me ofrecían.
Pero yo sabía que debía haber más.
Tenía que haber alguien más.
Más acorde a mí.
Que se pareciera más.
Que me hiciera más feliz.
Que fuese más perfecta.
Algo me decía que valdría la pena esperar tanto.
Yo sabía que un día iba a conocer a alguien
a la cuál de verdad no podría pedir nada más.
Y creo que la encontré.
Porque eres, de por sí, mucho más de lo que esperaba para mí.
Y es que pedirte que seas más, es imposible.
No sé expresar con palabras la impresión que tengo de ti.
Solo quisiera explicarte que esto es nuevo para mí.
Sí, es cierto que ya he conocido a otras personas,
que ya he vivido ciertas cosas,
pero, creeme, contigo todo está siendo nuevo y diferente.
Jamás alguien me había gustado tanto.
Jamás quise tan rápido de esta manera.
Jamás confié tanto en alguien que apenas conocía.
Jamás me proyecté tan lejos junto alguien.
Te confieso que me incomoda, de cierto modo, lo seguro que estoy de esto.
La confianza que te tengo, y hasta lo mucho que te quiero.
Trato de clavar los sentimientos al suelo para que no vuelen tanto.
Pero no está fácil. No con lo rápido que todo está pasando.
Me concentraré en disfrutar cada momento,
me aseguraré de estar siempre a tu altura,
y me ganaré cada uno de tus besos.
Solo me queda pedir que esto no sea un sueño,
y que me dejes demostrarte
que tú tampoco tienes que esperar ni buscar nada más.
Te quiero.
Lírica Anon.
