viernes, 25 de octubre de 2013

Amarte a toda hora.



Quiero amarte a la una, porque eres mi fortuna.
Quiero amarte a las dos, porque los dos ya somos una piel,
por eso quiero amarte a las tres,
para quitarte el estrés,
y poder amarte en nuestro cuarto,
poco a poco hasta las cuatro.
A las cinco te daré mil besos.
No preguntes si hay receso,
sabes que mi día no comienza
sin besar a mi princesa.

Quiero amarte a las seis de la mañana,
antes de que suene la campana.
Quiero seguir amándote a las siete,
porque nuestro amor se ve y se siente,
y así el tiempo se hace corto,
por eso darán las ocho,
y seguiré como un tonto,
esperando a ver si llueve,
para besarte a las nueve,
y cuando se hagan las diez,
poder besarte otra vez. 

Así se harán las once.
Ya para ese entonces
nos sobrarán las voces,
porque pasadas ya las doce
te callaré con ternura,
besándote a la una.
A las dos de la tarde,
quizá me pare a hablarte,
para decirte que estés bien,
que es temprano, son las tres,
y aunque se hagan las cuatro,
seguiré amándote un buen rato.

Perdóname si insisto
y sigo amándote a las cinco.
Quizá tú no lo ves,
pero podrían dar las seis,
y ni cuenta me daría.
Las siete llegarían,
y seguro hasta las ocho,
siguiendo tus antojos,
perdido entre tus ojos.

Te complaceré a las nueve,
dime todo lo que quieres,
y antes de las diez,
te cumpliré con rapidez.
Ámame a las once,
acaba el día sin reproches.
Soñaré contigo a las doce,
ansioso, me conoces,
porque quiero que termine el día,
por eso hoy no te despidas,
solo contéstame una duda,
dime si el reloj ya dio la una.

Lírica Anon.

viernes, 18 de octubre de 2013

La vida es realmente corta



Muchas veces hemos escuchado esta expresión: "La vida es una sola".
Es verdad, la vida es una sola, y para tantas cosas que podríamos hacer, la vida realmente es muy corta. Muchos toman esta excusa para hacer desastres con sus vidas. Yo, por el contrario, quisiera aprovechar lo poco que me durará la vida. Y es que tengo tantas ambiciones, que espero que me alcance el tiempo. Que Dios me de el chance de equivocarme y corregir mis errores. El chance de descarrilarme y retomar el camino en diferentes ocasiones. La oportunidad de ir cumpliendo mis promesas. Quiero tener el tiempo de alcanzar mis metas.

Sin embargo, no todo se lo dejo a Dios. Al final, tenemos libre albedrío, y por más buena y perfecta sea la voluntad de Dios para mi futuro, si no organizo mi vida, ni me dejo guiar por El, la perdida de tiempo será inevitable. Por eso, me he convencido de que la vida es realmente corta.

La vida es realmente corta como para no empezar a invertir todo mi tiempo en alcanzar mis sueños. La vida es muy corta como para gastarla en cosas que no me llevan a nada.

La vida es realmente corta como para estancarme en mis estudios. La vida es muy corta como para reprobar materias, postergar así mi graduación, retrasar mi independencia económica.

La vida es realmente corta como para pensar que la estabilidad económica es cosa del futuro. La vida es muy corta como para dejar que me mantengan, en vez de preocuparme por ser un apoyo económico para los que me rodean.

La vida es realmente corta como para tomar malas decisiones. Sé que me equivocaré muchas veces en esta vida, pero la vida es muy corta como para que no me importe las consecuencias de mis actos, sin pensar en si estas me privarán del futuro que tengo planeado.

La vida es realmente corta como para perder el tiempo amando a quién no es recíproco en el amor. La vida es muy corta como para dedicársela a alguien que no me dedica nada, mientras dejo de dedicarle mi tiempo a quien podría ser el amor de mi vida.

La vida es realmente corta como para endeudarme de promesas incumplidas, corazones rotos, o de enemigas queriendo venganza. La vida es muy corta como para hacerle daño a otras personas, haciéndoles perder el tiempo por mi culpa. 

La vida es realmente corta como para decir no decir te amo. La vida es muy corta como para esperar una mala experiencia para confesarle a mi familia, amigos y allegados cuánto los amo, y todo lo que significan para mí.

La vida es realmente corta como para llenarme de odio y de rencor. La vida es muy corta como para perder el tiempo buscando venganza, haciéndome daño a mí, y haciéndole daño a otros. La vida es corta como para no perdonar a las personas, sobretodo para liberarme yo de cargas que pueden estancarme.

La vida es realmente corta como para decirle a Dios que mañana seré correcto. La vida es muy corta como para tratar de adivinar cuándo me llegará la hora de partir de este mundo para así empezar a hacer las cosas bien, en vez de dejar que El me guíe, para no perder tiempo en el futuro remendando mis errores.

La vida es realmente corta. La vida es muy corta como para perder el tiempo.

Lírica Anon.

viernes, 11 de octubre de 2013

No hay un mejor camino


Por planes de Dios, a través del tiempo he sufrido diferentes cambios en mi vida. He tenido que vivir en diferentes ciudades. He conocido a muchas personas. He hecho amigos de todo tipo. He tenido roce con todos los grupos sociales, y también sus clases. He tenido momentos de abundancia, así como momentos de escasez. Sin revelar mi edad, he vivido mucho para la que tengo. Y, a raíz de eso, por mucho tiempo me hacía una pregunta, del cual salió un escrito que publiqué hace un tiempo, titulado "¿Cuál será mi mejor vida", el cual seguro habrás leído, si me lees de hace varias semanas, y entenderás mejor a qué me refiero.

Así como he vivido en diferentes lugares, y conocido diferentes amistades, he tenido la oportunidad de volver a visitar esos sitios y esas personas que forman parte de mi vida, sobre todo de mi pasado. Me di cuenta de que mi vida realmente hubiese sido muy diferente de haberme quedado en alguno de esos sitios, con algunas de esas personas. Sin embargo, me di cuenta de algo: ninguno de esos sitios me hubiese brindado una mejor vida.

No es que la ciudad donde vivo o las personas que me rodean actualmente son mejores que aquellas que están en mi pasado, sino que entendí que, sin importar en donde esté, sin importar con quién esté, la calidad de mi vida, la felicidad que pueda tener, o el éxito que pueda alcanzar, no depende del lugar en donde esté, ni de las personas con las que salga; simplemente depende de Dios, y de mis ganas de que esta sea la mejor vida.

Tratando de hacer una proyección de cómo hubiese sido mi vida, en el caso de haberme quedado en cada uno de esos sitios donde viví durante un tiempo, me di cuenta de que todo tenía sus beneficios, pero también sus desventajas. De cada ciudad, de cada lugar, o de cada grupo de amigos podía sacar algo bueno, algo que me hiciera falta actualmente, algo que tal vez mejoraría mi vida; pero no hacía falta pensar mucho para también conseguir grandes desventajas de aquella vida, y peor aún, todas esas cosas que extrañaría de mi vida actualmente. Entonces me di cuenta: en todos los lugares que viví, con todos los amigos que conocí, con todas las parejas que tuve, siempre he sido feliz. Siempre he tenido buenas amistades, siempre he tenido buenas experiencias.

No depende de lo que me rodea si seré feliz o no. Donde quiera que esté, nunca será muy lejos de Dios, y junto a Él, con las ganas de progresar en la vida, las ganas de vivir al máximo, las ganas de ser feliz; el futuro lo tengo asegurado.

Lírica Anon.

viernes, 4 de octubre de 2013

Piezas del mismo rompecabezas

Este viernes, por problemas personales, no pude publicar un nuevo escrito mío a tiempo. En esta ocasión, y unas horas tardes, subo un escrito hecho por una buena amiga. Dejen sus comentarios, yo se los haré llegar.


Me he hecho nido, para que tú; ave, encuentres hogar en mí.

Me he hecho marinero, para que tú; océano implacable, seas navegado.

Me he hecho cielo nocturno, para que tú; luna menguante, adornes las noches con una sonrisa.

Me he hecho lluvia para ti, mi jardín favorito.

Haz sido viento para mí, que soy velero.

Haz sido los acordes de esta melodía.

Haz sido color en los días grises.

Haz hecho primavera en mis inviernos.

Porque Dios nos ha hecho así, piezas del mismo rompecabezas. Porque siendo tan distintos somos realmente iguales, como el espejo y su reflejo.