viernes, 30 de agosto de 2013

Te amo, como si todo.


Te amo, como si estuviese obligado a hacerlo, como si para eso fui creado.
Te amo, como si la vida se tratase de nacer, amarte y morir.
Te amo, como si no pudiera vivir sin hacerlo.

Te amo, como si fueses la única en el planeta,
como si aparte de ti no existiera otra persona.
Te amo, como si fueses superior a las demás mujeres,
como si el amor tú lo hubieses inventado.

Te amo, como si Dios me pidiera que lo haga,
como si fuésemos Adan y Eva.
Te amo, como si fuese mi misión en esta tierra.
Te amo, como si fuésemos los protagonistas de la historia más hermosa.

Te amo, como si fueses el cielo y yo una estrella,
como si fueses el mar y yo un pez tratando de conocerte,
como si fueses el sol y yo una flor.
Te amo, como si fueses un árbol y yo una hoja.

Te amo, como si fueses mi futuro asegurado,
como si fueses la mejor opción para mi vida.
Te amo, como si fueses la que quiero madre de mis hijos,
como si quisiera que fueses el pilar de mi familia.

Te amo, como si tuviese garantía de nuestro futuro,
como si fuésemos perfectos.
como si no importaran los defectos.
como si no quisiera estar con más nadie.
como si lo fueses todo.
Te amo, como si todo, como si todo lo que existe está hecho para amarte.

Lírica Anon.




viernes, 23 de agosto de 2013

Carta a un escritor

Este viernes les traigo un escrito que no es hecho por mi, sino por una amiga, que me lo ha dedicado  y me ha ofrecido que lo publique en el blog si era de mi agrado. Le ha quedado muy bien, así que espero que lo disfruten.
Carta a un escritor.
Querido escritor, no soy más que un par de alas que tratan de volar jugando a escribir, jugando a que leerás esto como yo leo tus palabras… tus –sublimes- palabras. La naturalidad con la que escribes tiene que ser más que un talento, es un don. Escribes con la gracia de un ángel, con la naturalidad de las olas reventando en la orilla. Tiene que ser un don esa habilidad de expresar tus sentimientos de una manera tan fluida que resulta imposible no empaparse de ellos. Tiene que ser un don la capacidad de plasmar en letras esa forma tuya tan particular de ver el mundo. Pero no vengo a hablarte de la perfección y sutileza de tus palabras, eso seguro ya lo sabes. Vengo a pedirte una tregua.
Tregua de tus palabras como dagas, en especial las que no dices, tus silencios asesinos. Tregua de tus ojos infinitos como el cielo y de las miradas que me esquivas… y qué decir de las que me clavas; podría jurar que cuando me miras el resto del mundo se detiene. Tregua de tus manos dulces como las de un pianista, esas manos que hacen de mi piel tu instrumento. Tregua de tu sonrisa, la que es mi inspiración, de la que no soy dueña. Tregua de tu insomnio, que no ocupas pensando en mí, que menos ocuparás llamándome porque tampoco soy objeto de él. Tregua de ti.
Mientras tanto lo que tengo son unos pocos recuerdos con múltiples usos, por ejemplo, con ellos puedo disipar las dudas que me dejan tus gestos fríos o puedo atizar la melancolía que me causa tu cariño ausente. Esta memoria que tengo, cómo quisiera regalártela. Ya sé bien que la tuya no es muy buena, y sinceramente, la mía tampoco, porque no puedo llamar buena a esta memoria que me mata, esta memoria que no destiñe, atesorando cada fecha, cada beso y cada mirada, trayendo a mi presente lo que queda de esas madrugadas fugaces, de la primera vez que entrelazaste tus dedos con los míos, de aquellas veces que sentí que yo era tu mundo, cuando ahora ni me respiras.
Quizá fue mi culpa, tal vez tengo responsabilidad en este asunto. No debí hacerte saber que eras mi alegría, no debí dejar que aseguraras mi presencia a tu lado y menos debí creer que mi mundo eran tus brazos. Y heme aquí, con mi existencia a todas luces prescindible para ti, jugando con tu indiferencia para convertirla en inspiración. Dame una tregua, una razón que me quite las dudas. Llévate mi memoria, estoy segura de que te será más útil de lo que me es a mí. Permíteme respirar otra cosa que no seas tú.

viernes, 16 de agosto de 2013

Si me vas a olvidar, hazlo bien.



Si me vas a olvidar, hazlo bien. No intentes olvidarme a la fuerza. No intentes olvidarme pronto. No intentes olvidarme de la primera manera que creas que es posible. Ten paciencia, no te afanes. Sé inteligente. Controla tus emociones, cuida tus acciones.

Si me vas a olvidar, no te desesperes. No va a ser fácil, no va a ser rápido. No dejes que tus sentimientos te guíen por malas decisiones. No te dañes, solo por querer olvidarme.

Si me vas a olvidar, busca a alguien que valga la pena. No creas que cualquiera puede reemplazarme. No cometas el error de degradar tu imagen, de aumentar tu historial, de mostrar a más de uno tus lunares, solo porque crees que así vas a olvidarme.

Si me vas a olvidar, consigue al indiciado. Esa persona que merezca estar contigo. Busca a ese alguien que te dé todo lo que me pedías a mi. No te conformes con el primero que te busque, sabes que vales mucho. Busca alguien que me de envidia. Busca alguien con quien yo sepa que vas a ser feliz. Busca a alguien que me haga arrepentirme de habernos separado.

Olvidarme no será fácil, no será rápido, y no tiene por qué serlo. Lo nuestro fue verdadero, y esas experiencias no te abandonarán pronto. Por eso debes calmarte. Debes amarte a ti primero, y saber esperar a la persona que superará tus expectativas. Ese alguien que te sorprenda, que sea más de lo que buscabas.

El amor sí existe, fuimos prueba de eso. Por eso te pido, que si vas a olvidarme, hazlo bien.

Lírica Anon.

viernes, 9 de agosto de 2013

Sin garantías.


Aquí estamos. Llegamos al punto en el que, no somos novios, pero tampoco unos simples amigos. Estamos delante de una puerta, que no sabemos lo que esconde detrás. Tenemos la pluma en nuestras manos, y no sabemos qué será mejor: lanzarnos a escribir una historia, o mejor evitar que esto siga creciendo. Ninguno quiere salir lastimado otra vez, ¿cierto?

Aquí no hay garantías. Si decidimos intentarlo no sabemos si esto tendrá éxito, o será una mala experiencia. ¿Qué nos asegura que no vamos a sufrir? Nada. Lo que hoy sentimos puede ser el nacimiento de un amor épico, ejemplo de novelas, de películas de amor; como puede ser el comienzo de un hoyo, que con el tiempo nos consumirá, y nos estancará, robando tiempo de nuestras vidas, llenándonos de tristezas, de malas experiencias.

Confío en ti. Tú confías en mi. Pero no sé qué será de mí cuando seamos más que amigos. Tú no sabes cómo actuarás cuando sea yo el centro de tu vida. Nada es seguro. Los sentimientos no son predecibles, y puede que tomen el control de nuestra vida, de nuestra conducta, de nuestra razón, de nuestra manera de pensar.

Debemos escoger entre seguir cómodos, sin sufrimientos, y vivir con la intriga; o adentrarnos en esta aventura. Podemos abrir la puerta y ver a dónde nos lleva. Podemos empezar a escribir esta historia, y así descubrir cómo termina.

La única manera de saber lo que pasará, es haciendo que pase. Por eso quiero vivir esto contigo. Te espero del otro lado de la puerta. Ya tengo la pluma. Tú tienes la tinta. Y si sufrimos, ¿qué? Creo que ya hemos sufrido antes, ya sabremos superarlo.

Te invito a arriesgarnos. Es la única manera de saber si somos lo que tanto hemos buscado. Algo me dice que eres la indicada. Sin miedo, que si nos toca llorar, sabremos verle el lado bueno. 

Bienvenida a mi vida. Que sea un placer conocerte.

Lírica Anon.

viernes, 2 de agosto de 2013

Ella ya no siente.


Ella ha sido ingenua. Más de una vez pensó que las personas eran buenas. No pensó que existían las malas intenciones. No entendía que la mentira tenía diferentes facetas. No sabía que las personas tienen más de una cara. Nunca pensó que sería la protagonista de esas historias terribles que contaban. Tenía el mejor concepto del ser humano. Pensó que el amor podía soportar cualquier cosa. No sabía que era posible fingir amor. Ella veía el lado bueno de las cosas. Nunca le pareció ver algo sospechoso. No se imaginó nunca lo que pasaba. Para ella no era posible, simplemente no se lo planteaba. Nunca se imaginó que sería traicionada.

En el mejor momento de su vida, descubrió que su primer amor, era también el amor de otra. Se negó a creer tal cosa. Si no fuese por la sinceridad del culpable, jamás lo hubiese creído. Pero ella era buena. Ella simplemente perdonó. Porque el amor perdona. De eso se trata, pensaba ella.

Dicen que árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza. Mucha razón tiene ella en creer en ese dicho, puesto que su primer amor, siguió amando a otras. Parecía que mientras peor hacía las cosas, más promesas le hacía. Ella creyó en cada una de ellas, hasta que aquel primer amor se cansó de ella.

"No era mi alma gemela" fue el consuelo para ella durante meses. Para ella el amor existía. Solo había tenido mala suerte. "¿Por qué no seguir intentando?" se preguntaba, y así fue detrás de cada amor que le parecía posible.

Dos o tres veces se repitió la historia. Ella pensaba que así era la vida; que era cuestión de intentarlo una vez más, que el amor estaba la vuelta de la esquina.

Daba gracias a Dios por la fidelidad de sus amigas, que siempre estaban en los días donde, una vez más, el amor se vencía. Aquellas que les servían como trapitos para las lágrimas. Daba gracias a Dios por aquellas personas tan maravillosas.

Pero la vida siempre te sorprende. Nadie es perfecto, todos se equivocan; y se equivocó ella en considerar como a una hermana, a una chica que se acostaba con su más reciente amor, el amor con quien parecía que por fin había acertado. Ella nunca pensó que su mejor amiga se lo había robado.

Ella ya no siente. Ella ha sido engañada, traicionada, maltratada, menospreciada. Ella ya está cansada de intentar. El amor se ha burlado de ella muchas veces. Ya se convenció de que son simples fantasías. Aislada de todos, no consigue remedio para el sufrimiento y la soledad que el desconfiar en los demás conlleva. Para ella la vida dejó de ser un paseo alegre por este mundo. Según ella, le ha tocado la peor parte, y eso nunca cambiará.

Ojalá pudiese hablar con ella. Quisiera decirle que el amor sí existe. Que es tan valioso como escaso. Que sí existen personas fieles. Que el amor sí está donde menos lo esperamos. Quizá el amor estaba en algún chico que rechazó por un prejuicio equivocado, en vez de haberle dado la oportunidad de darse a conocer. Quizá el amor ha estado detrás de ella y, sin darse cuenta, se ha fijado en las personas incorrectas. 

Quisiera decirle que la amistad, también existe. No porque alguien nos falló todos lo harán. Y sí, de eso se trata la vida, de apartar a las personas que nos hacen daño, pero sobretodo de valorar a aquellas que son fieles, porque los fieles somos pocos. Hay que valorar a las buenas personas que Dios nos ha regalado. Valorar a la familia, a esos amigos imperfectos que hacen el esfuerzo de brindarte su mano. A los que siempre piensan en ti, a los que les preocupa tu bienestar. Que los fracasos nos enseñen a valorar los triunfos. Que el sufrimiento nos enseñe a valorar las alegrías. A veces nos pesa más la tristeza, en vez de apoyarnos en la felicidad.

Estoy seguro que ella tiene mayores motivos para sonreír. Y sobretodo estoy seguro de que ella no está sola; Dios está con ella.

Lírica Anon.