¿Qué sabes del amor?
Yo no sé nada.
Hubo un tiempo en el que creí haberle encontrado la caída.
Pensé que conocía la fórmula perfecta, que conocía sus trancas y salidas.
Llegué a creer que sabía qué estaba bien y qué estaba mal en el amor.
Mentira. Yo no sabía. Yo no sé nada.
¿Cómo se puede describir al amor, o creer conocerlo, si cada vez que lo vemos es completamente diferente?
He vivido, visto, conocido y escuchado tantas historias de amor, y todas tan diferentes, que miro hacia el pasado con un poco de vergüenza y con aires de inocencia, sabiendo lo tonto que fui, creyendo que yo lo conocía.
Que las medias naranjas, que los opuestos se atraen, que si es incomprendido, que si es hereditario, que si es por las clases sociales, las tribus, las culturas, las subculturas, las etnias o las religiones... Hemos tratado de dominar al amor, pero siempre termina riéndose de nosotros.
Se burla rompiendo nuestros esquemas y cambiando nuestros planes, valores y creencias.
Terminamos amando a quien menos pensábamos.
Terminamos casándonos con los enemigos.
Yo decidí dejar de querer definir al amor. Prefiero sentarme, observarlo, reírme con él y disfrutar lo que me obsequie.
Podré vivir mil vidas y, al final de cada una, si me preguntas del amor, solo sabré que tiene cuatro letras.
Lírica Anon.
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