Quiero amarte a la una, porque eres mi fortuna.
Quiero amarte a las dos, porque los dos ya somos una piel,
por eso quiero amarte a las tres,
para quitarte el estrés,
y poder amarte en nuestro cuarto,
poco a poco hasta las cuatro.
Quiero amarte a las dos, porque los dos ya somos una piel,
por eso quiero amarte a las tres,
para quitarte el estrés,
y poder amarte en nuestro cuarto,
poco a poco hasta las cuatro.
A las cinco te daré mil besos.
No preguntes si hay receso,
sabes que mi día no comienza
sin besar a mi princesa.
Quiero amarte a las seis de la mañana,
antes de que suene la campana.
Quiero seguir amándote a las siete,
antes de que suene la campana.
Quiero seguir amándote a las siete,
porque nuestro amor se ve y se siente,
y así el tiempo se hace corto,
por eso darán las ocho,
y seguiré como un tonto,
esperando a ver si llueve,
para besarte a las nueve,
y cuando se hagan las diez,
poder besarte otra vez.
y así el tiempo se hace corto,
por eso darán las ocho,
y seguiré como un tonto,
esperando a ver si llueve,
para besarte a las nueve,
y cuando se hagan las diez,
poder besarte otra vez.
Así se harán las once.
Ya para ese entonces
nos sobrarán las voces,
porque pasadas ya las doce
te callaré con ternura,
besándote a la una.
A las dos de la tarde,
quizá me pare a hablarte,
para decirte que estés bien,
que es temprano, son las tres,
y aunque se hagan las cuatro,
seguiré amándote un buen rato.
Perdóname si insisto
y sigo amándote a las cinco.
Quizá tú no lo ves,
pero podrían dar las seis,
y ni cuenta me daría.
Las siete llegarían,
y seguro hasta las ocho,
siguiendo tus antojos,
perdido entre tus ojos.
Te complaceré a las nueve,
dime todo lo que quieres,
y antes de las diez,
te cumpliré con rapidez.
Ámame a las once,
acaba el día sin reproches.
Soñaré contigo a las doce,
ansioso, me conoces,
porque quiero que termine el día,
por eso hoy no te despidas,
solo contéstame una duda,
dime si el reloj ya dio la una.
Lírica Anon.