domingo, 11 de mayo de 2014

A mamá


Pocas cosas le dan sentido a mi vida.
Puedo estar agradecido de muchas cosas,
pero sentirme afortunado es diferente.
Estoy agredecido por la vida que tengo,
por los amigos que Dios me dió,
por la familia que me regaló,
por todo lo material que me ha permitido;
pero hablar de ti, mamá, no me hace sentir agradecido,
me siento afortunado de ser tu hijo.

Sé que todos dirán que su madre es la mejor.
No todos tendrán la razón.
Yo no sé si esto lo sienten todos los hijos,
pero no lo digo por halagarte, o para hacer que te sientas mejor.
Estoy convencido ciegamente

de que no hay mejor madre en este mundo.

Te estimo, te admiro,
te respeto y te amo, mamá. Eres mi orgullo.
Le pido a Dios, no una mujer como tú,
porque esa perfección no debe existir dos veces,
pero sí una que se parezca.
Eres mi modelo y ejemplo de la mujer correcta,
y como tú, deseo que sea mi esposa, mis hijas y mis nietas.

Eres una bendición mamá.
Me siento inmensamente afortunado de ser tu hijo.
Te amo. Te mereces este y todos los días.


Lìrica Anon.

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