viernes, 5 de julio de 2013

Seamos más agradecidos.


Muchas veces nos quejamos tanto. No nos detenemos a pensar lo bendecidos que somos. Si pensáramos en lo mal que viven diferentes personas en este mundo no tendríamos chance de quejarnos. Muchas veces tenemos nuestras necesidades básicas cubiertas. Un hogar, agua potable, alimento, familia, amistades; pero como siempre, miramos lo que nos falta, en vez de mirar lo que tenemos.

¿Te has puesto en el lugar de esas familias que mendigan por un poco de alimento, cada día de su vida? Sus vidas se resumen en eso: mendigar. ¿Tú crees que ellos tienen el chance, como tú, de navegar en la web, de buscar entretenimiento para salir de la "aburrida rutina"? Muchos de ellos no sabrán ni leer, mucho menos escribir. Sus vidas son tan diferentes a las nuestras. Estoy seguro que ellos desearían ser como nosotros, no se quejarían por lo que nos quejamos.

Muchas veces le damos valor a lo que menos vale, y le restamos valor a lo que más importa. Muchas veces nuestra familia está sana, compartimos con nuestros amigos, con nuestros primos, tíos, padres, abuelos; pero estamos sufriendo por no tener los objetos materiales que otros tienen. A veces hasta caemos en envidia, por lo que tienen los demás, sin pensar que quizá esas personas no tienen a familiares tan buenos como los nuestros. Más de una vez habré envidiado un objeto de algún amigo, en vez de agradecerle a Dios porque me bendijo con una familia que, para mis gustos, está mejor que la suya.

La verdad es que en esta vida poco importa lo material. Está bien querer tener más, y querer brindarles a los nuestros lo mejor posible, porque se lo merecen, pero a veces nos aferramos tanto a lo que no tenemos, que el mismo afán no nos permite disfrutar de lo que sí tenemos, de las cosas que Dios nos ha dado.

Tenemos que disfrutar más a nuestros allegados, nuestra familia, nuestros amigos. La vida pasa. El tiempo que hayas tardado leyendo esto no lo recuperarás nunca. Él no se detiene, y podemos estar desperdiciando nuestra vida, nuestra juventud, nuestros mejores días, enfocados en cosas que no valen tanto como lo que tenemos. No hay que desperdiciar el tiempo. Tenemos que crear buenos recuerdos, amar a los nuestros, disfrutar de los que están presentes y divertirnos. Ya habrá tiempo para descansar y recordar, pero hay que aprovechar las energías que tenemos.

La vida es lo que decidamos hacer con ella. No estemos tristes por lo que no tenemos o por lo que nos falta, seamos agradecidos por lo que tenemos y por lo que hemos logrado. La vida es corta, pero si la administramos bien, tendremos tiempo para todo. Aprovecha el presente, recuerda que mañana ya será el pasado.

Lírica Anon.

2 comentarios:

  1. Una interesante reflexión, Lírica Anon.
    No me importa no poder recuperar el tiempo empleado porque he disfrutado con la lectura de tu entrada.
    Saludos.

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    1. Hermoso comentario Karima. Muchas gracias, estamos en contacto.

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